La lesión de menisco lo tuvo fuera de las canchas por 53 días, y se alcanzó a especular con su no participación en el Mundial. En la Copa Mundial de Fútbol de 1982 celebrada en España la selección brasileña partía como una de las favoritas. En el grupo de la segunda fase que integraba la selección brasileña se encontraban Argentina, Polonia y Perú, de este grupo salía uno de los finalistas.